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Captura y desengancha

Black-bass vs Rapala
Que en este mundo siempre ha habido clases, y siempre las habrán, no es nada nuevo. Pero que eso ocurra incluso para el captura y suelta, es cuanto menos sorprendente. O tal vez no.
Empiezo a pensar de verdad que hay especies, alóctonas como no, que parecen merecer un «catch and release» de segunda, menos entusiasta en las formas; despreocupada. Si bien la trucha es el ojito derecho de esta «disciplina» – estilo de vida o pseudo-religión, incluso puede que moda de lo políticamente correcto – que se presta a conducir con sumo cuidado y respeto todo el proceso de la captura, manipulación y suelta, hay otros como el black-bass y el lucio que parecen no estar a la altura.
Y que eso sea por tratarse de especies no autóctonas sobre las que recaen las maldiciones de muchos – incluida la administración que obliga incluso al sacrificio del condenado animal – no parece ser parte de la razón por la que esto ocurre, pues en esas manos lo de «captura y suelta» se queda sin apellido. Es entre los amantes de la pesca del black-bass y del lucio, y sobretodo por aquellos que además tienen tribuna en los medios gráficos nacionales – no hace falta dar nombres, la lista de revistas es poco extensa y harto conocida -, donde veo esta falta de ortodoxia, o relajación, del «catch and release».
Motivo que me contaría aún más, que ninguno de los editores o autores haya iniciado ya una campaña hacia una conciencia real o completa, y no quedarse a medias transmitiendo un mensaje incompleto que pueda interpretarse como de mero trámite de lo correcto, o ciertamente despreocupado. Si queremos practicar de verdad una captura y suelta, ¿por qué no empezamos ya de una vez a dar un paso más y eliminamos la muerte de todos los triples o poteras de nuestros señuelos? ¿Por qué no arriesgarnos a una lucha más deportiva con el animal? Pero sobretodo para evitar algo que todos sabemos que no es indiferente ni en el proceso de la manipulación ni en los efectos sobre el pez con motivo del desgarro que les produce el arponcillo.

La lubina lo tiene aun más complicado. Todos la adoran, si, pero al horno.
Si lo tenemos claro para la trucha, y así se refleja también en los medios, ¿por qué estoy harto de ver artículos llenos de fotos de capturas de basses y lucios con señuelos cargados de poteras con muerte? Eso sí, en los que el autor – el mismo de las fotos – nos recuerda que debemos practicar un buen captura y suelta. Ni siquiera pretendo ser un radical, y decir que deberíamos usar solo señuelos de un solo anzuelo. Tan solo un pequeño paso que es necesario y evidente para soltar a los peces con facilidad, minimizando el daño que les inflingimos y reduciendo así la probabilidad de muerte a causa de las heridas. Sobretodo de aquellos que desde su gran experiencia nos dan ejemplo en los medios. Pasemos definitivamente al captura y suelta, y no nos quedemos en un simple captura y desengancha.
Cómo manipular un Lucio
Algo parecido a un caimán, con unos dientes espectaculares, y esa mirada… me lo imagino gruñendo en la orilla al acercarle la mano. ¿Por dónde le agarro sin riesgo de perder un par de dedos? Para vosotros, que lo tenéis superado es evidente, pero para el que nunca se ha enfrentado todavía a su manipulación tras la captura, todo son dudas y miedos.
En este video podemos ver una de las explicaciones más sencillas y «cristalinas». Aquello de: «una imagen vale más que mil palabras», en estado puro.
Y para conocer todo lujo de detalles sobre el asunto, la gente de «Salvemos al Lucio» lo borda:
http://www.salvemosallucio.es/2.html
Motivo número 7 para la «Captura y Suelta»
Porque volver a casa con una bolsa del «Carreful» llena de cadáveres, definitivamente, no mola. No.
El río devastado: el Cabrera (León, España)
El río Cabrera es afluente del río Sil y da nombre a la comarca leonesa de la Cabrera. Atraviesa el Valle de Losada y en el Tumbo Viejo aparece con los nombres de Vivei, Vivey, Bidey, Ibei, Ibey e Ybe. Nombres que pueden hacer referencia a la palabra “ibex”, con la que los romanos denominaban a las cabras que allí abundaban. Aunque otros estudiosos lo asocian a la palabra” ibei” que en alguna lengua en la que existen discrepancias a la hora de concretar, puede denominar a las corrientes de agua o ríos.
Su recorrido
Tiene aproximadamente 63 kilometros desde su nacimiento hasta su desembocadura en el Sil en Puente de Domingo Florez. Nace al lado de Peña Trevinca a 1.835 metros de altura, en la zona conocida por el nombre de «Morteira Cavada»,o Portilla de Morena Cabada. Su nacimiento está a tito de piedra de otro importante río, el Tera. Cada uno de ellos nace en una vertiente de este Portillo. Alimenta su curso con varias fuentes hasta llegar al Lago de la Baña (1360metros de altura), pasa por las localidades de La Baña, Losadilla, Encinedo, Quintanilla, Robledo, Nogar, Marrubio y Puente de Domingo Flórez.
Sus principales afluentes son los ríos Cabo, que fue un vivero de truchas pequeñas y era una locura pescarlo hace años, Santa Eulalia, Silván, Valdecorrales y Benuza.
Algo de historia
En la época romana, las aguas de sus principales afluentes del lado izquierdo eran captadas para hacer llegar agua a las minas de las Médulas. Todavía quedan restos del acueducto que llevaba el agua hasta las que eran las más importantes minas de oro de la Roma Antigua, de las que se llegaron a sacar 10.000 kilos de oro al año por el método del “ruina montium”. Es decir, arrasando la montaña. Y ese método antiguo es lo que está matando el río en la actualidad.
Sus problemas
La riqueza actual es la pizarra, y sus minas están acabando con el río.
Si bien, el río discurre por una zona que da a pensar que el hombre tuvo poco influencia, eso no es cierto, la vegetación segundaria indica una fuerte antropomorfización de la zona (deforestaciones) y las canteras de pizarra, ocupando siempre más espacio, amenazan con tapar el río con sus escombros.
Merece la pena echar un vistazo a este estupendo blog de Pescarmona (http://pescarmona.blogspot.com.es/2012/08/requiem-por-el-rio-cabrera.html) que denuncia el problema. Además podéis ver en las fotos que acompañan a este artículo la enorme y brutal dimensión del problema.
Desde hace años la extracción de roca de pizarra con fines decorativos y de construcción es la actividad económica que más dinero mueve en la zona. Los empresarios llevan años despreciando al río que usan como vertedero de los escombros que generan. Y no hay forma de acabar con ello.
El río Cabrera no era el río favorito de los nativos de la zona, que sostienen que la trucha buena y fina es la del Río Eria y desprecian la del Cabrera como basta e insípida. Y más ahora con las pizarreras. Bueno, eso no impide que le zurren a modo al rio en toda época del año. Quiero decir, que el segundo problema del río son los cormoranes de dos patas, de los que hay muchísimos en la zona. Tanto locales como de la costa.
El río Cabrera era un río de trucha muy grande, y la sigue habiendo ya que es un rio complicado de pescar y muy rompe-piernas; y aunque ha sufrido mucho y no tiene ni cotos, ni tramos sin muerte extensos, sigue guardando alguna buena pieza.
Una imagen: Río Jarama
Y me declaro, oficialmente, seguidor incondicional de Nicola Zingarelli. No dejéis de visitar su galería.
Alerta: 686 especies marinas sin límite de captura
Alerta: 686 especies marinas sin límite de captura
OCEANA, la organización para la conservación de los ocenanos, advierte que el 82% de las especies de peces capturadas por la UE no tienen límites de capturas.