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Una imagen: Molix SPopper 110. Studio shot in the water

Hey! También los señuelos se hacen

Cuaderno de Pesca: Bolo en San Juan

Embalse de San Juan (Madrid)

Cuaderno de Pesca: Día #2

Fecha: Sábado 16 de Junio de 2012
Lugar: Embalse de San Juan, Madrid (España)
Objetivo: Black-bass de tamaño medio (1 a 2 Kg)
Equipo: Spinning – Vinilos y Artificiales duros (jerkbaits)

Crónica

Me gusta ser honesto, así que vaya por adelantado que esta es la crónica de un señor bolo. No seré yo quien haga perder el tiempo a los ávidos devoradores de vídeos e relatos cargados de capturas. ¡Que más quisiera yo que complacer en eso! Pero no, este no es el caso.

Muy tentado estuve de no mostrar mis vergüenzas en público, pero a raíz de ese «orgullo bolo» que me ha dado por reivindicar (ver artículo) finalmente me he animado a escribir crónica del mismo. Haced con ella lo que prefiráis; os podéis partir la caja de risa, sentiros identificados, sentiros mejores como pescadores… ¡Se admiten críticas, sugerencias y comentarios de todo tipo!

Antecedentes:

Esta ha sido mi segunda visita al pantano madrileño. Mi primera vez en el embalse de San Juan, apenas un mes y pico antes, había resultado un éxito rotundo, sobretodo comparándolo con esta última: ¡me estrenaba con el black-bass! Primero con tres «raspillas», de la mano del popular Countdown de Rapala, para dar la campanada con un buen ejemplar que rondaría entre 1.5 o 2 Kg, que capturaba con el que hasta ahora es mi señuelo artificial favorito: Bill Lewis High Def Bluegill.

La jornada:

Con estos antecedentes mis expectativas eran altas. Recordaba perfectamente los lugares donde había tenido las picadas o avistado a los basses, con la «ventaja» de saber que señuelos me habían dado mejores resultados. Ya sabéis, la ilusión que alimenta esta afición y que hace que un «madrugón» en pleno fin de semana siente tan bien, independientemente de la cantidad de kilómetros por recorrer.

A mi llegada al embalse ya había un pequeño grupo de pescadores preparando sus patos junto al coche; buen rollo y camaradería. Muchas ganas en el ambiente de pasar una agradable jornada de pesca; contagio de ilusiones y expectativas.

Los primeros lances los realizaría en el zona del «embarcadero» (donde los patos hacen su entrada al agua). Allí donde saltaba un pez (muchos, a estas horas) dirigía mi Norman Suspend DD22 de color «tomates verdes fritos»… con la esperanza de que esos barbos estuvieran surcando los cielos a modo de evasión de algún depredador. Tal vez así conseguiría atraer su atención con mi señuelo «facilón». Tras cuatro o cinco intentos, cuando menos lo espero, el DD22 se detiene bruscamente durante la recogida. Doy un cachete instintivo y ¡ZAS!: la caña pierde tensión y recojo un trenzado. Sin comentarios. No se a vosotros si os ha ocurrido, pero a mi se me quedó cara de tonto. ¿Anudé mal el trenzado al grillete? ¿Un lucio acaba de darle un tajo a mi trenzado del 0.20 de 13Kg de resistencia? Permitidme que me quede con lo segundo para añadirle algo de mística al relato, aunque desde luego ahora me tomo muchas más molestias con los nudos que realizo, tal vez porque finalmente no hubo más rastro de Eduardo Manostijeras en aquella zona.

Tras perder el señuelo decido redirigir mis pasos hacia las posturas que me dieron éxito en la última visita al embalse. La primera sorpresa fue ver como en apenas unas semanas el nivel del agua había bajado casi dos metros, pudiendo literalmente caminar sobre algunas de las rocas donde había localizado basses.

Las reglas del juego habían cambiado, pero aún así sería en esos puntos de la orilla donde probaría con todos los señuelos que dieron buenos resultados: los ya comentados Countdown de Rapala y la estrella de mi mochila, el Bill Lewis High Def Bluegill, concentrándome más en el mismo lugar donde éste último cosechara la victoria en forma de 2Kg aproximados de Black-Bass.

Nada, cero, vacío, void, null, nil… ¡¿nada de nada!? ¡¡Peor aún!! Mi Bill Lewis se engancha en el fondo… 10 minutos inútiles dedicados a intentar rescatar al héroe, seguidos de otros tantos de blasfemias e improperios. Repose en Paz.

Continuaría pues mi recorrido a lo largo de la orilla, buscando ahora esas buenas respuestas de los basses pequeños al Countdown, reproduciendo exactamente los mismos resultados: NADA.

Ni la más triste picada. Acompañado por una tortuga, que parecía contemplar con curiosidad – o más bien incredulidad – mis lances, así como algún baby-bass aprendiendo a distinguir entre comida y vinilo. Tiempo de volver a casa justo cuando el calor empieza a apretar. Sería en el camino de vuelta cuando se produce el hallazgo que equilibraría mínimamente la balanza un poquito a mi favor: encuentro en la orilla una spinnerbait enganchada a una roca, otrora sumergida por las aguas. Una Stanley Wedge que, a modo de amuleto, seguro que dará sus frutos…

Mientras, el embalse, se convierte en escenario de todo tipo de actividades actuático-deportivas.

Resultado

De nuestro lado: 1 Stanley Wedge Spinnerbait

Por parte de San Juan: 1 Norman Suspend DD22 y 1 Bill Lewis High Def Bluegill

Conclusiones

Lo bueno: Todo lo que un bolo puede ofrecer: disfrutar del paisaje y el paseo al aire libre. ¡¡Y una spinnerbait!!

Lo malo: Perder mi señuelo estrella, junto con la sensación de estar en el lado equivocado del embalse – ¿dónde estaban los basses? – y de estar haciéndolo mal.

Señuelos de Supervivencia (usando un teléfono roto)

No hay duda de que los Reality Shows de supervivencia están de moda pero, además de la televisión, Internet también nos ofrece un cantidad ingente de «frikadas» de este tipo.

Lo último que he encontrado es un artículo donde el autor explica cómo a partir de un teléfono móvil roto podemos cubrir cinco necesidades básicas para nuestra supervivencia. Y una de ellas es la fabricación casera de señuelos de pesca haciendo uso de algunas de sus piezas.

Señuelos de Supervivencia

No veremos ningún componente lo suficientemente afilado como para clavarse en la boca del pez, así que la técnica empleada es la de ahogar al animal consiguiendo que la pieza quede atravesada en su garganta. Luego, evidentemente, salvo que – Dios no lo quiera – nos veamos en la necesidad de pescar para sobrevivir, y disponer de un teléfono móvil roto – ojo, es más recomendable llamar a los servicios de emergencia que romperlo para fabricarse un «Rapala McGyver» -, esto no se queda más que en una chorrada curiosa y que no debe ponerse en práctica, por favor.

Si queréis saber que otras cuatro necesidades básicas de supervivencia nos resuelve un móvil roto, aquí tenéis el enlace al artículo (en inglés).

Truchas Sin Muerte a Spinning: de cucharillas y normativas

Normativas de Pesca de las Comunidades AutónomasEl llamado «sentido común» es una gran mentira. No existe, al menos en España. Lo entendemos como aquello que la mayoría piensa, lo que es «de cajón» vamos. Y sin embargo debe ser que cada uno de nosotros tenemos un sentido común bastante particular. Como suelen decir de las opiniones, son como el culo, todos tenemos uno.

Mi poca experiencia con la pesca continental va lógicamente unida también a mi falta de tablas con la normativa de pesca vigente. Perdón, quise decir normativas, en plural, pues hay tantas como Comunidades Autónomas. Cada una con su propio sentido común distinto al del resto, como mandan los cánones de la diferenciación e identidad del mosaico nacional.

Pongamos como ejemplo estas dos comunidades autónomas: la Comunidad de Madrid y la Comunidad de Castilla y León. Como pescador a Spinning, y comprometido con la filosofía-religión-ética del captura y suelta, mi principal interés siempre ha sido ver que señuelos puedo usar en los tramos sin muerte. Y especialmente en lo que concierne a las cucharillas (respecto al uso de mosca artificial con buldó, honestamente, sigo sin saber claramente como queda situada esta técnica desde el punto de vista legal). En ambos casos la normativa actual ha evolucionado, de forma correcta – o al menos coherente – en mi opinión, hacia permitir tan sólo las cucharillas de un solo anzuelo y sin «arponcillo» o muerte. Mi «sentido común» me hace estar de acuerdo en ambas restricciones, es decir: no usar triples o poteras, y no emplear anzuelos con arponcillos, pues sabemos que producen heridas o desgarros severos durante el desanzuelado del pez.

Así por lo tanto, teóricamente, podremos usar las cucharillas de un solo anzuelo y sin arponcillo en todos los tramos trucheros «sin muerte» o catalogados como «captura y suelta», ¿verdad? Pues no. Al menos en la Comunidad de Madrid no es así. Mientras la normativa para Castilla y León dice:

6.2.2 En todas las aguas declaradas trucheras, los días en que esté establecida la pesca «sin muerte» los anzuelos deberán ir siempre desprovistos de arponcillo. Asimismo, en esos días de pesca no se autoriza el uso de señuelos en cuyo montaje se emplee más de un anzuelo, en todo caso, dicho anzuelo deberá ir desprovisto de arponcillo.

6.2.3. En las aguas declaradas trucheras, en aquellos días en que se hubiera establecido la pesca en la modalidad «sin muerte», en los escenarios deportivo-sociales de salmónidos, en los tramos libres sin muerte de salmónidos y en aquellos cotos de pesca que específicamente así se autorice en los apartados 7.º, 6.º y 5.º, respectivamente, de correspondientes Anexos provinciales, sólo se podrá utilizar la mosca artificial, en cualquiera de sus variedades o montajes así como la cucharilla de un solo anzuelo. En el resto de los cotos, se estará a lo dispuesto en su reglamentación específica (apartado 5.º de los Anexos provinciales). No obstante, en todos los casos anteriores será de aplicación lo previsto en los puntos 6.2.1 y 6.2.2 de este artículo.

Es decir, que el uso de la cucharilla de un solo anzuelo sin muerte, en Castilla y León, está autorizado para:

  • aguas trucheras bajo la modalidad «sin muerte»
  • escenarios deportivo-sociales de salmónidos
  • tramos libres sin muerte de salmónidos
  • cotos de pesca donde específicamente se autorice.
La orden de la Comunidad de Madrid estipula sin embargo lo siguiente:
Artículo 23.
[…]
5. En los tramos de “captura y suelta” solo se permiten anzuelos sencillos (esto es, de una sola punta), desprovistos de arponcillo. En los tramos incluidos en la zona truchera solo se permite que estos anzuelos sean mosca artificial, ninfa o “streamer” y, excepcionalmente, la cucharilla de un solo arpón sin muerte, en aquellos acotados en los que se permita su empleo y así se indique en el Anexo II de esta Orden.
En los acotados I, II, III y V del Anexo II, solo se permiten montajes de una línea con un solo anzuelo, quedando prohibido el empleo de potera u otros aparejos artificiales con más de un anzuelo.

 Si se lee detenidamente, para los técnicos de la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid no todos los tramos de «captura y suelta» son iguales. Se permite la cucharilla de un solo arpón sin muerte solo en los acotados que así lo indiquen en el listado del Anexo II de la orden. Es decir, se permite en un coto que tenga un tramo o modalidad de «captura y suelta» y no sin embargo en los tramos libres sin muerte que haya declarados en las aguas trucheras (Anexo X). Si alguien lo entiende, que me lo explique. Los que aún no somos mosqueros (todo llegará) no tenemos un tramo truchero libre sin muerte en la Comunidad de Madrid, estamos obligados a pasar por un coto.

Si la normativa se elaborase, entre otras cosas, para proteger a la fauna piscícola, lo lógico sería – de nuevo el «sentido común» – o bien prohibir o bien autorizar un tipo de señuelo para la captura y suelta de salmónidos, pero no ambas cosas a la vez en función de si las truchas habitan un tramo libre o un acotado (¡manda güebos!).

Terminará siendo necesario contratar a un asesor especializado para saber que llevar al río, no solo ya en función de la Comunidad Autónoma donde vayamos a pescar el fin de semana, sino también dentro de la misma – como ocurre en Madrid – para evitar que nuestro «sentido común» nos lleve, para colmo, de cabeza a una sanción administrativa… Esto nos pasa por involucrarnos en el captura y suelta. Si quisieramos llevarnos las truchas a casa, no tendríamos tantos problemas.

Y si vamos a tener que lidiar con tantas normativas como comunidades autónomas, por lo menos que cada una de ellas ofrezca una visión clara, sin problemas derivados de la interpretación de la misma. No creo que sea muy difícil «homogeneizar» los términos empleados por las mismas… y todos tengamos claro qué significa señuelo, qué significa anzuelo, qué significa postura…, pues incluso ahí hay dificultades de interpretación de la normativa. Para muestra, un botón: cuando la Comunidad de Madrid dice:

Artículo 23.
[…]
2. En todas las aguas de la Comunidad deMadrid se prohíbe el empleo de señuelos de más de tres anzuelos y cualquier aparejo de más de tres posturas, salvo aquellos escenarios en que esté autorizado el control de grandes predadores.

 ¿Significa esto que está prohibido el uso de los señuelos artificiales tipo «rapala», con dos poteras? ¿Cuantos anzuelos tiene un pez artificial? ¿Dos o Seis? La respuesta no es trivial en cuanto que en la misma normativa, como hemos visto antes, se hace referencia al concepto de «anzuelos sencillos». ¿Se entiende pues que existen los «anzuelos múltiples» y por tanto un jerkbait o un crankbait tiene dos anzuelos?

Cuaderno de Pesca: Truchas y Lucios en el río Tera

Pescando a Spinning en el Río Tera

Cuaderno de Pesca: Día #1

Fecha: Sábado 2 de Junio de 2012
Lugar: Río Tera, Zamora (España)
Objetivo: Investigar nuevos tramos en busca de truchas y lucios
Equipo: Spinning – Cucharillas giratorias y Artificiales duros (jerkbaits)

Crónica

Con la ilusión que siempre produce encaminarse a un lugar aún sin explorar por nuestros sentidos, dejando volar la imaginación mientras consultábamos por última vez el mapa, nos dirigimos hacia una zona libre del río Tera, donde las historias de pescadores locales hablaban de encuentros entre truchas y lucios de buen porte.

Nuestra primera toma de contacto con el río fue en una zona de corrientes moderadas producidas más por el estrechamiento del cauce que por la inclinación del terreno. Primer avistamiento nada más aproximarse a la orilla (nunca es suficiente la precaución): una estela en forma de flecha rasgaba la superficie, sin demasiadas prisas y apenas a medio metro de nuestras botas, abandonando la orilla de no más de un palmo de profundidad. Nuestra apuesta por un «lapicero». Río arriba una tabla, así que decidimos comenzar ahí mismo y descender siguiendo la corriente.

La margen derecha en la que nos encontramos nos permitió orillar con total facilidad, si bien bajados unos 150 metros, coincidiendo con una bifurcación de las aguas, el vadeador se hizo necesario para continuar descendiendo con facilidad. La alternativa pasaba por atravesar una senda ciertamente enmarañada de ramas; fue incómodo pero posible. Será en ese encuentro entre la corriente que se bifurca y las aguas paradas del remanso de la curva donde se presentó el primer aspirante a lucio del día.

Una vez «agotadas» la expectativas de ese tramo nos dirigimos río arriba, unos 2km aproximadamente, donde encontramos un pequeño acceso a una bonita zona de corrientes en la que el río quedaba dividido por una pequeña isla. Sería en este rincón donde por fin hizo aparición la deseada trucha. ¡Foto y al agua! (bueno, en este caso vídeo). Sin embargo nuestras ansias exploradoras nos llevarían todavía más arriba del río, para intentarlo en la parte final de una gran tabla donde, tal y como habiamos imaginado, encontraríamos al segundo aspirante a lucio del día. Y como no hay dos sin tres, otro más haría aparición, pero tan solo lo justo para «robar» con un certero corte del bajo de línea una cucharilla color cobre que buscaba truchas…

Resultado

De nuestro lado: 2 Lucios y 1 Trucha

Por parte del Río Tera: 3 cucharillas y 2 rapalas

Conclusiones

Lo bueno: Descubrimos un bonito paisaje donde poder disfrutar tanto de corrientes como de tablas.

Lo malo: Tal vez tuvimos nosotros un mal día, pero las picadas fueron muy pocas. Me gustaría pensar que no como consecuencia directa de ser un tramo libre.