Una imagen: Ría de Pontevedra
Sin pena ni gloria ha entrado oficialmente el otoño. Mejor dicho, el verano – al igual que Rexona – no nos abandona, al menos en cuanto a temperatura se refiere.
Lo que sin duda queda atrás es mi temporada de pesca en costa, tristemente reducida a las – pocas – jornadas vacacionales dedicadas al «veraneo». Así despedí yo la mía, con unas mágnificas vistas que solo los pescadores de orilla podemos disfrutar. En menos de 15 minutos aquel puntal empezaba a parecerse peligrosamente a la M-30. Apenas había llegado y ya era momento de plegar definitivamente la caña, y disfrutar de esta bellísima cala de la localidad de Areas, junto a Sanxenxo, en buena compañía.